Mucho antes de que surgieran las llamadas “gastrotabernas” o “gastrobares” en Granada ya existía un rinconcito en el que lo “gastro” era una realidad. En 1993 nació La Tana aunque yo la conocí un poco más tarde, no por falta de interés, sino porque mi DNI por aquellos días aún no me permitía probar todos sus caldos.
Siempre digo que si algún día me pierdo que me busquen aquí, en la esquinita de la barra, junto a la cocina y apoyada en una de las cavas, donde Jesús, uno de los más reconocidos sumilleres jóvenes de Andalucía, además de tener joyitas como este Chivite Colección, te sirve los mejores cavas y recomienda sus mimados vinos de “Graná”.
Lugares como estos son los que en su día a día demuestran que lo “gastro” es un adjetivo redudante, carente de sentido cuando hablamos de un lugar en el que se bebe bien y se come mejor.